martes, 15 de agosto de 2017

Científicos creyentes 4 - Barrow

Continúo con la publicación de los capítulos 8 a 12 de mi libro "El Señor de los dos libros" 2ª edición. Uno a uno iré publicando las biografías de cientos de científicos creyentes de todas las épocas.

Matemático cristiano nº 4



4.  Isaac Barrow (1630-1677)

Fue un destacado teólogo, profesor, naturalista y matemático inglés. Su madre murió cuando el tenía 4 años. Su padre era pañero del rey.

En 1660 ocupó la cátedra de Regius Professorship of Greek (cátedra Real de Griego) en la Universidad de Cambridge. En 1663 fue elegido como primer profesor Lucasiano[1] de Cambridge, uno de los títulos académicos más importantes del mundo. En 1669 dejó la cátedra en favor de su pupilo, Isaac Newton, quien fue considerado durante mucho tiempo el único matemático inglés que le ha superado. Si bien realizó muchos trabajos matemáticos que sirvieron de base al desarrollo del cálculo infinitesimal, como el desarrollo generalizado del “teorema fundamental del cálculo”, que relaciona la derivación con la integración (como funciones inversas), es muy conocido por la famosa “regla de Barrow”, un método para calcular integrales definidas, que es consecuencia del “segundo teorema fundamental del cálculo”, desarrollado también por él.

Como escribe el historiador de la ciencia Antoni Malet[2] en “Isaac Barrow contra la metafísica: Dios y la naturaleza del espacio”[3], aunque la obra de Isaac Barrow quedó eclipsada en parte por la asombrosa obra de Newton, actualmente varios trabajos[4] le han vuelto a poner en la palestra,  reconociéndolo ya no como el mentor y mecenas de Newton, sino por sus importantes contribuciones a la óptica, a la geometría y muy especialmente a la religión. Malet especifica que las dos más conocidas contribuciones científicas son sus dos cursos de conferencias: Geometrical Lectures y Optical Lectures, preparadas como parte de sus obligaciones como profesor Lucasiano; pero un tercer trabajo no tan conocido, Mathematical Lectures (1664 a 1669, también como parte de su cargo), nos revelan a Barrow “como a un pensador profundo que en los primeros años de la Restauración británica participó con originalidad en los debates filosóficos y teológicos entonces tan abundantes entre los filósofos naturales”[5]. En dicha obra, basada en su concepción teológica, establece el concepto de “espacio inmaterial”, diferenciándose de Renato Descartes (un creyente) quien consideraba que la materia era infinita, y que no existía el espacio inmaterial (el vacío); y de Thomas Hobbes (un ateo) quien consideraba al espacio inmaterial como un accidente de la imaginación humana.

Para Barrow, el espacio inmaterial era posible debido a la naturaleza de Dios; tres conceptos subyacen en Barrow: según la Biblia el universo es finito (solo Dios es infinito), por tanto el espacio inmaterial también; segundo, que Dios siendo omnipotente puede aumentar o disminuir la materia a voluntad, y tercero, que Dios puede conservar las cosas como son, aún sin importar lo que sucede con lo que está dentro de ellas (esto tiene que ver con la idea de Descartes de que si se sacara el aire de dentro de un recipiente cerrado -supongamos de vidrio- las paredes colapsarían una sobre otra, ya que, para él, el vacío no existía).

Más adelante Malet escribe acerca de Barrow: “Pocas dudas caben de que contribuyó de forma original a construir nuevas categorías (magnitud, cantidad, número, espacio, hipótesis matemática, etc.) para la nueva filosofía experimental que estaba entonces tomando forma”.

Como dice el profesor Henry Morley (1822-1894) en la presentación de uno de los sermones de Barrow[6], éste dimitió en 1669 de su cargo de profesor Lucasiano (cargo ocupado por Newton) para poder dedicarse a sus deberes religiosos: escribió “Exposition of the Creed, Decalogue, and Sacraments” (Exposición del Credo, el Decálogo y los Sacramentos), fue capellán del rey Carlos II, quien lo nombró Doctor en Divinidades en 1670 y luego Maestro de la Trinidad en 1672; quien afirmó que le dio el puesto al mayor erudito de Inglaterra. También afirma Morley: “Él dio toda su mente y toda su alma a su trabajo para Dios”.

Escribió varias obras de teología; son famosos sus Sermones[7], en los que en base a las Sagradas Escrituras expone: a) las diferentes doctrinas cristianas, como la deidad de Cristo, la salvación por la fe, el error del paganismo y del mahometismo, etc. así como: b) las cuestiones prácticas de la vida cristiana: hacer todo en el nombre de Cristo, cuidados en la forma de hablar, del contentamiento, etc. Las obras de Isaac Barrow, con sus sermones, se han editado y publicado innumerable cantidad de veces hasta la fecha.

                En Sermons On the Apostles' Creed (Sermones sobre el credo de los Apóstoles) Barrow dice acerca de la fe[8]:

La Sagrada Escritura recomienda la fe, como una práctica preciosa y honorable; Como una virtud de la primera magnitud, encomiable en sí misma, aceptable a Dios, beneficiosa para nosotros.
The Holy Scripture recommends faith, as a most precious and honorable practice ; as a virtue of the very first magnitude, commendable in itself, acceptable to God, beneficial to us.

La fe implica un buen uso de la razón… Dios no solo permite, sino que nos ordena que usemos nuestra mejor razón para juzgar su doctrina.
Isaac Barrow
Faith implies a good use of reason … God doth not only allow, but enjoin us to use our best reason in judging of his doctrine.




[1] El título de profesor Lucasiano de matemáticas se estableció en honor al fundador de la cátedra, el reverendo Henry Lucas (1610-1663), miembro del Parlamento de Inglaterra en representación de la Universidad de Cambridge. Dicho honor lo tuvieron, además de Barrow: Isaac Newton (período 1669-1702), Charles Babbage (1828-1839), George Stokes (1849-1903), Paul Dirac (1932-1969) y Stephen Hawking (1979-2009), entre otros.
[2] Antoni Malet (n. 1950), catedrático de Historia de la ciencia de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona y presidente de la Sociedad Europea de Historia de la Ciencia (2017-2018).
[3] Antoni Malet (2006), “Isaac Barrow contra la metafísica: Dios y la naturaleza del espacio”, capítulo 4 del libro: “Ciencia y religión en la edad moderna”, Montesinos, José y Toledo, Sergio (eds.); publicado por Fundación Canaria Orotava de Historia de la ciencia, Barcelona; ver: http://fundacionorotava.org/media/uploads/files/147/04_.AntoniMalet.pdf, chequeado el 03/08/2017
[4] Por ejemplo: Before Newton. The life and times of Isaac Barrow (Antes de Newton. La vida y los tiempos de Isaac Barrow), M. Feingold; editado por Cambridge University Press, 1990.
[5] Ídem nota al pie n° 251
[6] Isaac Barrow, H. Morley (ed.) (1887) Sermons on Evil-Speaking (sermones sobre el mal hablar), Casell&Co Ltd., Londres; disponible en linea en “Project Gutenberg”: http://www.gutenberg.org/files/10274/10274-h/10274-h.htm
[7] En inglés: a) Rev. T. S. Hughes, The Works of Dr. Isaac Barrow, editado por A. J. Valpy, Londres, 1830 en adelante, varios volúmenes;  b) Wesley Center Online, Sermons Extracted From Dr. Isaac Barrow,  http://wesley.nnu.edu/john-wesley/a-christian-library/a-christian-library-volume-21; c) Sermons selected from The works  of the Rev. Isaac Barrow, D. D. (Doctor en Divinidad) late master of Trinity College (ultimo maestro del Colegio de la Trinidad), Cambridge; Clarendom Press, Oxford, 1810, ver: https://archive.org/details/sermonsselected00barrgoog consultado el 29/07/2017
[8] Barrow, Isaac; The Works of Dr. Isaac Barrow, Sermons On the Apostles' Creed, Sermón II. Ed. A. J. Valpy; Londres, 1831, págs. 27 y 28, ver: https://archive.org/details/worksofdrisaacba05barr consultado el 04/08/2017

lunes, 14 de agosto de 2017

Científico creyente 3 - Wallis

Continúo con la publicación de los capítulos 8 a 12 de mi libro "El Señor de los dos libros" 2ª edición. Uno a uno iré publicando las biografías de cientos de científicos creyentes de todas las épocas.

Matemáticos creyentes nº 3


3.        John Wallis (1616-1703)
Fue un matemático, criptógrafo del Parlamento y teólogo inglés. Ordenado sacerdote en 1640. Participó en el desarrollo del cálculo infinitesimal, realizó muchos aportes en distintas ramas de la matemática, se le atribuye haber designado con ∞ al infinito. Fue el tercer Profesor Saviliano de Geometría[1] de la Universidad de Oxford (1649-1703). Fue uno de los fundadores de la Royal Society. Es considerado el matemático más influyente[2] antes de Newton.
Su reconocida obra Arithmetica Infinitorum (1655) sirvió a Newton en el desarrollo de sus trabajos matemáticos. En su obra Mathesis Universalis (1657) Wallis introduce el símbolo del infinito, agrega a las potencias la posibilidad de tener exponentes negativos y fraccionarios. Su obra Tractatus de Sectionibus Conicis (1659) desarrolla el estudio de las secciones cónicas; Su Mechanica, sive Tractatus motu (1669-1671) es una compilación de tres tratados de física, que refuta ideas erróneas del movimiento e introduce rigurosidad a conceptos como fuerza, impulso, etc. En Treatise on Algebra (1685) estudia nuevas ecuaciones y anticipa el concepto de número complejo[3].
Escribió varias obras de teología[4]. Entre ellas, varias sobre la Trinidad, tema de discusión entre los teólogos ingleses de la época. Igual que Henry Briggs, combinó sus intereses científicos con un compromiso igualmente fuerte con la Teología reformada[5].
En el 2003 se escribió de él[6]:
Permaneció constante en el calvinismo y, en general, en el espíritu puritano. Pero estaba muy lejos de los extremistas de su partidoPropuso dar a la “fe su completo alcance y latitud, y a la razón también sus justos márgenes y límites”. Dos proposiciones resumen su doctrina: (1) Que toda la ley moral se funda en luz natural y común, a la luz de la razón; Y (2) Que no hay nada en los misterios del evangelio contrario a la luz de la razón. Estas dos proposiciones parecen haber sido una constante en la vida de Wallis.
En 2015 se escribe de él[7]: John Wallis, un calvinista ortodoxo, pensaba al fin de su vida que era poco prudente abandonar los principios del cristianismo y confiarse a la sola razón y a la luz natural.  En realidad, mucho del cristianismo depende de la revelación, y aunque esta no repugna a la razón, el cristianismo está muy por encima de la razón y no es susceptible de ser descubierto por la sola razón sin la ayuda de la revelación contenida en la Sagrada Escritura.   
El advertía del peligro de que la “religión natural” se convierta en un enemigo del cristianismo. Eso fue lo que sucedió cuando la ciencia se convirtió en naturalismo materialista.




[1]  El Savilian Professors of Geometry de Oxford es una importante cátedra de geometría, ocupada entre otros por Edmond Halley (entre 1704-1742) y GH Hardy (entre 1919 y 1931). Véase: Savilian Professors of Geometry, Mathematical Institute, University of Oxford, https://www.maths.ox.ac.uk/study-here/undergraduate-study/outreach/posters/savilian-professors-geometry chequeado el 10/08/2017.
[2] Encyclopædia Britannica: John Wallis, English Mathematician, https://www.britannica.com/biography/John-Wallis, chequeado el 10/08/2017
[3] Información de sus obras matemáticas: ver nota al pie anterior
[4] Wallis, John: (1) Three Sermons Concerning the Sacred Trinity (Tres Sermones Sobre La Sagrada Trinidad), 1691. (2) A defense of the Christian Sabbath (Una defensa del sábado cristiano), 1693.
[5] Combined their scientific interests with and equally strong commitment to Reformed theology, en: Rogers y McKim. (1999) The Authority and Interpretation of the Bible: An Historical Approach, (La Autoridad e Interpretación de la Biblia: un enfoque histórico), Wipf and Stock Publishers, pág. 226.
[6] He remained constant to Calvinism, and, on the whole, to the puritan spirit. But he was far removed from the extremists of his party... He proposed giving “faith her full scope and latitude, and reason also her just bounds and limits.” Two propositions sum up his doctrine: (1) That all the moral law is founded in natural and common light, in the light of reason; and (2) That there is nothing in the mysteries of the gospel contrary to the light of reason. These two propositions seem to have been a constant in Wallis’s life. Citado por: Frances Luttikhuizen (julio/2003) In memory of the versatile Puritan divine, Dr. John Wallis (1616-1703), en S. Perks (ed.), Christianity & Society, Vol. XIII. nº 3, pág. 23. Ver: https://static1.squarespace.com/static/54257f24e4b070e908068067/t/583842819de4bb108015cf40/1480082052687/Volume%2B13%2BNo%2B3%2BB.pdf, chequeado el 10/08/2017.
[7] Prieto López, L. J. (2015), Raíces filosóficas del ateísmo moderno, en: Gerardo del Pozo Abejón e Ignacio Serrada Sotil (Eds.), Fe cristiana y ateísmo en el siglo XXI. Pág. 118. Ediciones Universidad San Dámaso, Madrid.

viernes, 11 de agosto de 2017

Científicos creyentes 2 - Briggs

Continúo con la publicación de los capítulos 8 a 12 de mi libro "El Señor de los dos libros" 2ª edición. Uno a uno iré publicando las biografías de cientos de científicos creyentes de todas las épocas.

Matemático cristiano nº 2

2.       Henry Briggs (1561-1630)

El reverendo Henry Briggs fue un matemático, astrónomo, especialista en navegación y geodesia y religioso inglés, amigo de Napier, reconocido por realizar el cambio de los logaritmos originales de Napier a logaritmos en base diez, denominados logaritmos decimales o de Briggs, otro aporte significativo para las obras de Kepler y Newton y los científicos en general.

Fue profesor de matemáticas y de medicina en la Universidad de Cambridge (1592 y ss.), el primer Gresham Professor of Geometry[1] de la Universidad de Gresham, Londres (1596-1597) y el primer Profesor Saviliano de Geometría[2] de la Universidad de Oxford (1619-1630).

Como religioso, fue parte del puritanismo[3]. Se dice de él que fue parte de un grupo de hombres que combinaron sus intereses científicos con un compromiso igualmente fuerte con la Teología reformada[4].

En sus cartas a sus amigos John Napier y el Arzobispo James Usher, se manifiesta su profunda fe y dependencia de Dios.



[1] El Gresham Professor of Geometry se designó para dar conferencias gratuitas al público en general; su puesto ha sido ocupado, entre otros, por Isaac Barrow (1662), Robert Hooke (1664/65) y Sir Roger Penrose (1998). Sitio oficial: Professor of Geometry, Gresham College, https://www.gresham.ac.uk/professorships/geometry-professorship/ chequeado el 10/08/2017
[2] El Savilian Professors of Geometry de Oxford es una importante cátedra de geometría, ocupada entre otros por Edmond Halley (entre 1704-1742) y GH Hardy (entre 1919 y 1931). Véase: Savilian Professors of Geometry, Mathematical Institute, University of Oxford, https://www.maths.ox.ac.uk/study-here/undergraduate-study/outreach/posters/savilian-professors-geometry chequeado el 10/08/2017.
[3] Puritanismo, un grupo de cristianos reformadores que postulaban la necesidad de aceptar la autoridad suprema de Dios sobre los asuntos humanos (separando a la iglesia del poder mundano) y hacían énfasis en la lectura de la Biblia y en alejarse de las comodidades mundanas.
[4] Combined  their scientific interests with and equally  strong commitment to Reformed theology, en: Rogers y McKim. (1999) The Authority and Interpretation of the Bible: An Historical Approach, (La Autoridad e Interpretación de la Biblia: un enfoque histórico), Wipf and Stock Publishers, pág. 226.

viernes, 28 de julio de 2017

Científicos creyentes 1 - Napier

Comienzo hoy con la publicación de los capítulos 8 a 12 de mi libro "El Señor de los dos libros" 2ª edición. Uno a uno iré publicando las biografías de cientos de científicos creyentes de todas las épocas. 

 Matemático cristiano nº 1

1.        John Napier (originalmente Jhone Neper), barón de Merchiston (1550-1617)

Matemático y teólogo escocés, famoso por inventar “los logaritmos”, un método matemático creado con el fin de simplificar complejos cálculos numéricos. Esto trajo favorables consecuencias sobre todas las ramas de la matemática. Su padre fue Archibald Napier, un terrateniente y funcionario escocés. Su madre Janet Bothwell (hermana de Adam Bothwell, Obispo de Orkney) murió cuando él tenía 13 años. Estudió en la Universidad de Saint Andrews (en el St Salvator's College), la más antigua de Escocia. Luego completó sus estudios en viajes por distintos países de Europa.

El trabajo de Napier es considerado fundamental para el posterior desarrollo de la calculadora y la computación, y fue una herramienta clave que permitió a Kepler y a Newton desarrollar los descubrimientos de las leyes del movimiento de los planetas y de la gravedad, respectivamente. El eminente matemático Pierre Simon Laplace dijo: “Al reducir el trabajo, la invención de los logaritmos duplicó la vida de los astrónomos [1].

Aunque los aportes más importantes de Napier estuvieron en el ámbito de las matemáticas, para él solo consistían en una distracción o una herramienta para sus estudios teológicos. Lo que realmente le interesaba era la teología, concretamente la exégesis del Apocalipsis[2].
               
                En 1593 escribió un libro que tuvo fuerte repercusión: A Plaine discovery of the whole Revelation of Saint John[3] (Un descubrimiento sencillo sobre la completa Revelación de San Juan) fue traducida al francés, al alemán y al holandés y le dio una gran reputación como teólogo. Cometió un error típico de interpretar partes del libro del Apocalipsis influenciado por los acontecimientos de una época virulenta debido a los conflictos religiosos entre católicos y protestantes y de anticipar fechas del fin del mundo, sin tener en cuenta las palabras de Jesucristo en San Marcos 13:32: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”.
                En su obra principal Mirifici Logarithmorum Canonis Descriptio[4] donde presenta los logaritmos, escribe: Mientras tanto benefíciensé por este pequeño trabajo y rindan toda alabanza y gloria a Dios, el jefe entre los trabajadores y el ayudante de toda buena obra. [5]
Meanwhile profit by this little work, and render all praise and glory to God the chief among workers and the helper of all good works.
Original en latín[6]: Interim hoc, brevi opusculo fruamini, Deoque opifici summo, omniumque operum bonorum opitulatori laudem summam et gloriam tribuite.

Y el libro original, escrito en latín, termina con la frase[7] Deo soli laus omnis & honor tribuatur (Sólo a Dios tributo toda la alabanza y el honor).
                
Según el filósofo David Hume (1711-1776), Napier fue “la persona a quien el título de un gran hombre es más justamente debido que a cualquier otro que su país jamás haya producido”[8]
The person to whom the title of “a great man” is more justly due than to any other whom his country ever produced. Hume




[1] O'Connor J.J. y Robertson E.F., John Napier (1550 - 1617), artículo de la Facultad de Matemáticas y Estadística de la Universidad de St. Andrews, Escocia. 1998.
[2] Citado por ejemplo en la biografía John Napier (1550-1617) en la web de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Sistemas Informáticos, Universidad Politécnica de Madrid, ETSISI, 2010, http://www.etsisi.upm.es/museo_virtual/origenes/jnapier, consultado el 22/06/2016
[3] Napier, John (1593), A Plaine discovery of the whole Revelation of St John, editado por Robert Waldegrave, Edinburgo, Escocia.
[4] Napier, John (1614) Mirifici Logarithmorum Canonis Descriptio (Descripción del admirable canon de los logaritmos), Impreso por: Andreæ Hart bibliopólæ (librería), Edimburgo, Escocia. Versión en: https://books.google.com.ar/books?id=ZwA4oKVHP5oC&printsec=frontcover&dq=Mirifici+Logarithmorum+Canonis+Descriptio&hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwjtqPeorMjVAhUmilQKHbiWBbIQ6AEIPDAD#v=onepage&q=Mirifici%20Logarithmorum%20Canonis%20Descriptio&f=false, chequeado el 08/08/2017
[5] Napier, John; MacDonald, W. R. (trad.), (1889) The construction of the wonderful canon of logarithms (construcción del maravilloso canon de los logaritmos), Descriptio, Book II. Chapter VI (Descriptio, libro II, cap. 6), editado por W. Blackwood e hijos, Edimburgo y Londres. Pág. 87. Disponible en: http://math.unice.fr/~coppo/MirificiCanonis%20(copy).pdf, o también en: https://archive.org/details/constructionofwo00napiuoft, chequeados el 08/08/2017
[6] Ver nota al pie nº 250 (Mirifici Logarithmorum Canonis Descriptio)
[7] Ídem anterior
[8] Hume Brown, Peter. (1915). John Napier of Merchiston, en Cargill Gilston Knott (Ed.). The Napier Tercentenary (Pág. 33), Longmans, Green Co. Edimburgo. 

sábado, 24 de junio de 2017

"El Sol se detuvo" o "sobreviviendo a las cosmovisiones humanas"

Josué 10:13 "Y el Sol se detuvo y la Luna se paró"

Este texto bíblico tiene más de 3000 años de antigüedad.
Cualquier declaración semejante acerca de un hecho de la naturaleza narrada por algún reconocido filósofo o científico de cualquier época, sea un griego de la antigüedad, como Aristóteles, Platón o Sócrates, un hombre del renacimiento como Copérnico, Kepler, Galileo, Newton o un contemporáneo como Einstein, Lemaître  o Hubble, no puede durar muchos años sin que quede desactualizada y superada por una nueva declaración dentro de una nueva teoría o cosmovisión. 
Así fue con declaraciones que intentaron explicar el movimiento de los astros: Aristóteles afirmaba la inamovilidad de la Tierra en el centro del universo, con el Sol y todo lo demás girando alrededor de ella (ofreciendo un modelo que fue desarrollado profundamente por Ptolomeo unos pocos siglos después). Galileo (al igual que Newton) sostuvo la inamovilidad del Sol en el centro del universo y todo lo demás (incluso nosotros) girando alrededor de él y a su vez con los movimientos de rotación respectivos, profundizando un modelo propuesto poco tiempo antes por el sacerdote Copérnico; modelo que perduró hasta el principio del siglo XX. Einstein, dentro de su teoría general de la relatividad postuló un universo estático, con movimientos relativos entre los astros debido a la curvatura del espacio-tiempo. Tanto Lemaître como Hubble convencieron a Einstein de que verdaderamente el universo se expande, de tal forma que él declaró que el mayor error de su vida fue la constante que el introdujo para evitar la implicación de un universo en expansión: la implicación de que corriendo la historia hacia atrás, ese universo tuvo que tener un origen. 
Sin embargo, el desarrollo de todas estas ideas fue de menor a mayor; cada modelo, incompleto e inacabado, sirvió como una escalera que permitió entender un poco más el funcionamiento de un universo complejo. 
En un blog de ateísmo se burlaban de la declaración bíblica "El Sol se detuvo": ¿Acaso Dios no sabía que la Tierra giraba alrededor del Sol? ¿No debería haberle dicho Dios a Josué (quien había dicho: ¡Sol, detente!), "no, Josué, es la Tierra la que se tiene que detener"?.  ¿Qué clase de Dios tan ignorante puede creer que es el Sol que gira alrededor de la Tierra? (estoy parafraseando los cuestionamientos de dicho blog). 
Yo hice un comentario acerca de la declaración bíblica diciendo que "aún desde el punto de vista de la ciencia actual, la declaración "el Sol se detuvo" es correcta". Por supuesto, a pesar de varios intentos de explicar mi afirmación, lo único que conseguí es que me tildaran de ignorante y otras cosas irreproducibles.
Es en ese contexto que decidí publicar esta entrada llamada "El sol se detuvo" o "sobreviviendo a las cosmovisiones humanas".
Si bien ha habido muchas cosmovisiones diferentes acerca del movimiento de los astros, como hemos hecho antes, nos detendremos en las tres más importantes: geocentrismo, heliocentrismo antiguo, y la tercera a la que llamo "expansionismo" (que incluye el heliocentrismo moderno y el geocentrismo moderno).
La cosmovisión geocéntrica. Aquí tenemos dos variantes: la descripción cinemática y la dinámica o de causas y efectos. El geocentrismo como modelo para describir movimientos (cinemática) siempre ha sido válido. El hombre vive en la tierra, se mueve (ahora lo sabemos) junto con ella, lo mismo que las casas, canchas de futbol o la atmósfera; para describir los fenómenos que suceden en la tierra el geocentrismo es inmejorable. El movimiento o quietud de autos, aviones, personas o lo que sea, se estudia y describe teniendo a la tierra como referencia. Y cuando se cambia el sistema de referencia se lo hace con respecto a algo que a la vez se mueve respecto a la tierra (por ej.: quietud o movimiento de una persona respecto del tren en el que está viajando). El modelo de Ptolomeo procuraba explicar el movimiento de los planetas alrededor de la tierra; para entender dichos movimientos (durante cierta época los planetas parecen retroceder: movimiento retrógrado) tuvo que introducir movimientos extras al de rotación; epiciclos, deferentes, etc. Esta descripción no fue errónea, pero sí compleja; por lo que fue superada por el potencialmente más sencillo modelo heliocéntrico.
Desde el punto de vista de causas y efectos la cosa es distinta: la Tierra como centro del universo y todo girando alrededor de ella no tiene justificativo. 
El heliocentrismo vino a simplificar el estudio del movimiento de los astros del sistema solar. Kepler, con sus tres leyes y Newton con la de gravitación universal proporcionaron las herramientas cinemáticas (el primero) y dinámicas (el segundo) para comprender con mayor claridad como funcionan las cosas. Planetas que giran en órbitas elípticas alrededor del Sol (o lunas alrededor de planetas) por causa de la conjunción del principio de inercia (todo planeta debería seguir en linea recta si no existieran fuerzas) y la fuerza gravitatoria siempre "atractiva" entre el Sol y cada planeta (o del planetas con sus lunas) que produce una desviación en la trayectoria del planeta que lo hace "caer" sobre el Sol con una curvatura que coincide con la de éste, por lo que se mantiene siempre a una distancia prácticamente constante (la excentricidad de las elipses es casi nula). Planetas que giran alrededor de sus ejes debido a consideraciones aún no resueltas definitivamente, proponiéndose como causa el mismo origen de los mismos; es decir, se cree que la formación de los planetas involucra la necesidad de una movimiento rotativo. 
Esta cosmovisión, resistida por una parte de la jerarquía eclesiástica en la época de Galileo, aferrados a la cosmovisión aristotélica y a una mala interpretación de las Escrituras, vino para instalarse por varios siglos, de tal manera que aún hoy deja algunas huellas erróneas en la mente de la mayoría. ¿Cuál es el problema?. Que el heliocentrismo aún se aferraba al dogma de la quietud absoluta. Tanto el polaco Copérnico, como el italiano Galileo y el inglés Newton, genios de sus épocas, creían que el Sol estaba quieto en el centro del universo. Y eso permaneció así hasta principios del siglo XX.
Es sumamente instructiva la Carta de Galileo (1615) a su protectora Cristina de Lorena, Gran Duquesa de Toscana, en la que aquél se esfuerza de una manera admirable para explicar porqué el heliocentrismo no era una herejía anticristiana, que no contradecía a las Escrituras (como se lo acusaba), y que grandes hombres de Dios (San Agustín, Tertuliano, San Jerónimo, etc.) habían sentado las bases de una correcta interpretación en casos de conflictos aparentes entre la Biblia y los descubrimientos científicos, las cuales él respetó a rajatabla. Él explica que, si el Sol está quieto, el Espíritu Santo  expresó el milagro en forma que sea entendible para la gente de la época, que creía que era la Tierra la quieta y el Sol el que giraba. Pero aún más, aferrado a su convicción de que no puede haber contradicción entre ciencia y Biblia, propuso una teoría alternativa, que posibilitaría una interpretación más literalista de la narración bíblica, sin que el Espíritu Santo tenga que "engañar buenamente" a la gente: que, como se estaba observando con el telescopio, el Sol también se movía, pero no trasladándose sino rotando alrededor de su centro, en un transcurso de cerca de un mes (hoy se sabe que son cerca de 27 días). El postuló (hoy sabemos que erróneamente) que dicho movimiento sería el responsable del movimiento del resto de los planetas. Así, si Dios detuvo al Sol en su movimiento de giro alrededor de sí mismo, automáticamente también se habría detenido la tierra en su movimientos de traslación y rotación. Así la expresión "el Sol se detuvo" podría interpretarse literalmente. La historia mostró que esto no era lo que pasaba, pero si le dio la razón definitiva a Galileo, quien aseguraba que el avance de la ciencia daría una respuesta definitiva, reconciliando la narración bíblica con la descripción científica. Claro, esto todavía no lo reconocen muchos. 
Durante 300 años el Sol estuvo inmóvil en la mente de todos. Galileo y Newton explicaban la relatividad del movimiento y sus fórmulas (transformaciones galileanas), siempre y cuando no nos refiramos al Sol. Este siempre estaba quieto. Por eso, la descripción "El sol se detuvo" (fuera de la comprensible interpretación de un relato acorde a la "ignorancia" del momento) chocaba fuertemente contra las "evidencias" y era una herramienta de escarnio de parte de aquellos que desacreditan las Escrituras. Y aún lo sigue siendo, por ignorancia, tanto de los que acusan como de los que defienden a la Biblia. 
El siglo XX comenzó con grandes descubrimientos: uno de ellos, la expansión del universo (Lemaître, Hubble, etc). Ahora el heliocentrismo debe también ser revisado: la tierra gira; y se traslada alrededor del sol; pero el Sol también se mueve; no hay nada en este nuevo mundo que esté absolutamente quieto en el espacio. Todo el sistema solar se mueve alrededor del centro de la vía láctea, la cual a su vez también se mueve. ¿Y eso qué? ¿Acaso "el Sol se detuvo" se refiere a ese movimiento? No. Por supuesto que no. ¿Qué cambió entonces?. Que ahora, la nueva ciencia ya no toma ningún sistema de referencia como absolutamente quieto o preferencial sobre otro. Toma el que más le convenga a sus intereses.
Por eso el nuevo heliocentrismo y el nuevo geocentrismo son totalmente válidos ambos dentro de un universo en expansión. Antes, cuando se decía "el Sol sale" por el este; el "Sol se puso" por el oeste, siempre se aclaraba que era un movimiento aparente. Esencialmente para no ser malinterpretados como exponentes del viejo geocentrismo. Porque el Sol "estaba quieto". Pero ahora sabemos que "todo movimiento es aparente", "todo movimiento es relativo" a un sistema de referencia, que a su vez NO está absolutamente quieto, pero que se lo considera "quieto" (se lo fija) para poder entender, describir, estudiar, modificar, etc. el movimiento de los demás objetos.
El desvalorizado pero muy usado geocentrismo ahora vuelve a recobrar su dignidad; no es que la Tierra está quieta en el centro del universo; es que como todo movimiento es relativo a un sistema de referencia, el cual es elegido según simplifique el entendimiento de las cosas, ahora podemos decir "el Sol salió por el este" sin contradecir a la comunidad científica y sin necesidad de aclarar que es el movimiento "aparente" del Sol, aunque a muchos aún haya que aclarárselo. Las coordenadas geocéntricas están perfectamente en uso (latitud y longitud o ascensión recta y declinación). 
Volviendo al relato bíblico: "El Sol se detuvo". No hemos hablado en este blog acerca del milagro; ¿cómo sucedió? Es un milagro, y explicar como fue que el agua se convirtió en vino en las bodas de Canaá, o como cinco panes y dos peces alimentaron a una multitud y sobraron doce cestas llenas, es imposible y solo lo entienden los que conocen el poder de Dios. Gobernar sobre la Tierra, el Sol y la Luna es arbitrio del mismo Dios que los creó. Explicar cómo es posible que tal milagro acontezca sin producir un cataclismo universal, es otro tema, que se podría tratar en otra entrada. Pero explicar que no hay error en el relato de lo que aconteció milagrosamente es un aporte a zanjar una polémica que ha dividido las aguas por muchos años. Si el relato dijera que el Sol desapareció para siempre, por más que sea algo que Dios pueda hacer, las evidencias de que hoy todavía tenemos Sol serían catastróficas para tal relato. Pero el relato dice "el Sol se detuvo" y no se apresuró en ponerse por casi un día entero. La pregunta es si ese relato es correcto o no. Si debió decir "la tierra se detuvo" o no. Pues como hemos analizado anteriormente, la descripción "el Sol se detuvo" es científicamente correcta, ya que no está diciendo que la Tierra está quieta absolutamente, sino que está tomando a la Tierra como sistema de referencia fijo, sistema que a todas luces es el mejor para describir lo que estaba pasando en aquella batalla protagonizada por Israel contra los amorreos en Gabaón, que sin duda es un lugar en la Tierra (y no en el Sol).
Por supuesto, quienes lean la Biblia deberían asegurarse de que no están influenciados por una cosmovisión errónea, porque sino creerán que el relato dice algo que no dice: que la tierra está quieta; y "que el Sol gira alrededor de la Tierra", bueno, esto último sí es cierto. Es verdad que el Sol gira alrededor de la tierra (usando el sistema de referencia geocéntrico moderno) y también "la Tierra gira alrededor de su eje" y "la tierra gira alrededor del Sol". Todo depende del punto de vista desde donde se mire. Si Galileo viviera, estaría contento y lo explicaría mucho mejor que yo. Aunque del Sol le diríamos: "eppur si muove".




lunes, 9 de abril de 2012

El Señor de los dos libros

He publicado mi primer libro:
"El Señor de los dos libros", Subtitulado "¿En qué creen los científicos? Reconciliando la fe y la ciencia", editado por Dunken S.A.
Es un libro apologético (defensa de la fe cristiana).
Prologado por el Diplomado en Teología y Doctor en Medicina, Fernando Saraví y por el Licenciado en Teología y operador Socioterapéutico, Ramiro La Frossia.
Quien lo lea descubrirá por sí mismo las abrumadoras evidencias de que la verdadera ciencia y los principales científicos apuntan al Dios de los dos libros: La Naturaleza, que es la obra de Dios y la Biblia, que es la Palabra de Dios.
Francis Collins: (n. 1950) Doctor en medicina y genetista de Estados Unidos, Director del Proyecto Genoma Humano que descubrió la secuencia del ADN del hombre y actual Director de los Institutos de Salud de EEUU, dijo:“El conocimiento científico complementa la fe en Dios, en lugar de contradecirla”
Puede adquirirse en www.losmensajeros.com o en www.dunken.com.ar o en www.certezaonline.com. También pueden contactarse conmigo a fernandowalsh@hotmail.com.


domingo, 14 de noviembre de 2010

Frases de científicos sobre Dios


Les dejo algunas de las muchísimas frases dichas por científicos importantes acerca de su fe en el Señor.

Nicolás Copérnico (Polonia,1473 –1543) Astrónomo polaco (1):

«¿Quién, que vive en íntimo contacto con el orden más consumado y la sabiduría divina, no se sentirá estimulado a las aspiraciones más sublimes? ¿Quién no adorará al Arquitecto de todas estas cosas?».



Gottfried Wilhelm Leibniz (Alemania, 1646-1716) Filósofo y matemático alemán (2):


«Lo que llamamos "casualidad" no es más que la ignorancia de las causas físicas» (2a)



«A la humanidad, la armonía preestablecida por la Divina Providencia parece ser casualidad» (2b)


«Dios es la razón final de la salvación, de la fe y la elección en Jesucristo». (2c)

«y que El (Dios) es con respecto a ellos (sus hijos), no solamente lo que es un inventor con relación a su Máquina (como lo es Dios en relación con las otras criaturas), sino también lo que es un Príncipe con respecto a sus súbditos, o un padre con respecto a sus hijos». (2d)
Carl Friederich gauss (Alemania, 1777 - 1855) Matemático, físico y astrónomo alemán (3):
"Cuando llegue la última hora, será grande e inefable nuestro gozo al ver a quien en todo nuestro quehacer sólo hemos podido columbrar"
Johannes Kepler (Alemania, 1571 - 1630) Astrónomo, matemático y físico alemán, descubridor de las tres leyes que describen el movimiento de los planetas (4):
“Creo solamente en el servicio a Jesucristo. En el habita todo refugio y consuelo.”
Sir Isaac Newton (Inglaterra1642 1727 ) físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés (5):
“Ninguna ciencia está mejor autentificada que la religión de la Biblia (ni siquiera la matemática)” 5a

Encuentro más indicios de autenticidad en la Biblia que en cualquier historia profana" 5b

"Dios hizo el mundo y gobierna de forma invisible, y nos ha mandado a amarlo y adorarle a él, y no hay otro Dios5c

Robert Boyle (1627-1691), científico británico (6):
"La pasión de Cristo, su muerte, su resurrección y ascensión, y todas esas maravillas que él hizo durante su estancia en la tierra, son a fin de confirmar la creencia de que Él es Dios y hombre"
Leonhard Euler (Suiza 1707- Rusia 1783 ) matemático suizo (7):
“La textura del universo es la más perfecta y la obra de un Creador sapientísimo”
Benjamin Franklin (Boston 1706 - Filadelfia 1790) político, científico e inventor estadounidense (8):
“Quien introduzca en los asuntos públicos los principios del Cristianismo Primitivo revolucionará al mundo. ”
Guglielmo Marconi (Bolonia, 1874 - Roma 1937) ingeniero eléctrico italiano y ganador del Premio Nobel de Física en 1909 (9):
“Yo no he hecho más que buscar las leyes de Dios en el libro de la naturaleza.”
James Prescott Joule (Reino Unido, 1818 - 1889). Físico británico (10):
"La fuerza viva (energía) es un don con el que Dios ha dotado a la naturaleza y por tanto ésta no puede ser creada ni destruida" 10a


"Es evidente que el conocimiento de las leyes de la naturaleza significa nada menos que el conocimiento de la mente de Dios expresado en ella"  10b
William Thomson, (Lord Kelvin) (Irlanda 1824 - Escocia 1907) físico y matemático (11):
“No tengáis miedo de ser libres pensadores. Si piensas con suficiente fuerza, la ciencia te obligará a creer en Dios.”
James Clerk Maxwell (Escocia 1831 – Inglaterra 1879). Físico escocés (12):
"Considere lo que Dios ha pensado hacer con todos los que se someten a su justicia y que están dispuestos a recibir su don [de vida eterna en Cristo Jesús]. Serán conformados a la imagen de su hijo, y cuando se haya cumplido eso, y Dios vea que están conformados a la imagen de Cristo, ya no puede haber más condenación".
Francis Collins: (1950) genetista de Estados Unidos (13):
“El conocimiento científico complementa la fe en Dios, en lugar de contradecirla”“Creo que Dios tuvo un plan para crear unas criaturas con las que pudiera relacionarse”
Allan Sandage (1926, importante astrónomo estadounidense (14):
“La naturaleza de Dios no se puede encontrar en ninguno de los descubrimientos de la ciencia. Para eso, hay que acudir a las Escrituras.”
Arthur Schawlow premio Nobel de física 1981 (15):
“Somos muy afortunados porque tenemos la Biblia, y sobre todo el N.T. que nos dice tanto sobre Dios en términos asequibles y humanos"
Robert Griffiths, (EEUU 1937) miembro de la Academia Estadounidense de las Ciencias (16):
"Si nos hiciera falta un ateo para celebrar un debate, yo acudiría a la facultad de filosofía; la de física no nos podría ayudar en eso".
(2) Sobre Leibniz:
2a)  Leibniz,citado por J Otridge y otros en The Annual Register, Or, a View of the History, Politics, and Literature, for the Year 1808, edit. London, 1829, pág 168
2b) Leibniz:  “to mankind, the harmony pre-established by Divine Providence appears to be chance”, citado por Scardovi, Italo en la revista Statistica, año LXV, n. 1, 2005, con el título: “Time and chance: a statiscal hendiadys” en la pág. 23, disponible en http://rivista-statistica.cib.unibo.it/article/view/75/71
2c) Leibniz: “God is the final reason of salvation, of grace, of faith and of election in Jesus Christ”, citado en su libro: Theodicy, Essays on the Goodness of God, the Freedom of Man and the Origin of Evil (Teodicea, Ensayos sobre la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal). Disponible a través del Proyecto Gutenberg en https://www.gutenberg.org/ebooks/17147, consultado el 10 de febrero de 2015
2d) Leibniz en "La Monadalogía", sección 84. Véase pág. 22 de LA MONADOLOGÍA 1713‐1715 Gottfried Leibniz Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. http://www.philosophia.cl/biblioteca/leibniz/monadologia.pdf 
(3) Gauss, citado por ejemplo en el Boletín quincenal N° 362 de la Capellanía de la Universidad de Piura, Perú: http://udep.edu.pe/cmsfiles/cont/785/cont/files/capellania%20362.pdf  
(4) Johannes Kepler, “I believe only and alone in the service of Jesus Christ; In Him is all refuge, all solace”, citado por J. H. Tiner en Johannes Kepler, Giant of Faith and Science, editorial Mott Media, Michigan, EE.UU. 1977, pág. 193.
(5) Sobre Newton:
5a) Newton, "No sciences are better attested than is the religion of the Bible (not even the mathematical)", citado en "The Guardian", Vol. 23, editor Rev. Bausman, Filadelfia, EEUU, 1872, pág. 383 
5b) Newton, citado en "Los hombres de ciencia, los hombres de Dios” por el Dr. Henry M. Morris, Master libros, 1982
5c) Newton, citado en The Newton Project: http://www.newtonproject.sussex.ac.uk/view/texts/normalized/THEM00009
(6) Boyle, Robert (1674) “The excellency of theology, compared with natural philosophy”  (La Excelencia de la teología, comparada con la filosofía natural), impreso por Henry Herringman, Londres, 1674.
(7) Euler (1740) en un apéndice en el borrador de su trabajo: “Método de encontrar curvas que muestran algunos bienes de Máxima y Mínima”, citado por P. J. Nahin en: “Euler: The Man and the Mathematical Physicist”, disponible en: http://www.ega-math.narod.ru/Bell/Euler.htm
(8) Franklin, citado en The Westminster Collection of Christian Quotations,  editado por M. H. Manser
(9)  Marconi, citado por María Cristina Marconi en “Mio Marito Guglielmo” 1995. Fuente: Tihomir Dimitrov. Otras Citas disponibles en “Filatelíssimo” de Ray, artículo:”100 Aniversario del primer mensaje por radio. Guillermo Marconi (1875 – 1937)” Ver:http://www.filatelissimo.com/100-aniversario-del-primer-mensaje-por-radio-guillermo-marconi-1875-1937/
(10) Joule:
10a) J. P. Joule, citado por Ann Lamont, en El gran experimentador que fue guiado por Dios, el 01/03/1993 en Answersingenesis.org, disponible en inglés en: http://www.answersingenesis.org/articles/cm/v15/n2/james-joule#fnMark_1_10_1; fuente original: autobiografía escrita por Joule en enero de 1863 y publicada en Memoirs and Proceedings of the Manchester Literary and Philosophical Society (Memorias y Procedimientos de la Sociedad Literaria y Filosófica de Manchester), vol. LXXV (1930-1931), N° 8
10b) Fuente original: documento encontrado en los cuadernos científicos de Joule, citado por: JG Crowther, British Scientists of the Nineteenth Century (Científicos británicos del siglo diecinueve), Routledge & Kegan Paul, London, 1962, pág. 193
(11) Henry F. Schaefer III. (2001). Los científicos y sus dioses. Publicado en “mente abierta” (2003), traducción Darío Fox, disponible en: http://www.menteabierta.org/index.php/categorias/crisycien/426-cientgods. En inglés en: http://www.leaderu.com/offices/schaefer/docs/scientists.html
(12) ver nota 11
(14) ver nota 11
(15) ídem anterior
(16) ídem anterior