martes, 15 de agosto de 2017

Científicos creyentes 4 - Barrow

Continúo con la publicación de los capítulos 8 a 12 de mi libro "El Señor de los dos libros" 2ª edición. Uno a uno iré publicando las biografías de cientos de científicos creyentes de todas las épocas.

Matemático cristiano nº 4



4.  Isaac Barrow (1630-1677)

Fue un destacado teólogo, profesor, naturalista y matemático inglés. Su madre murió cuando el tenía 4 años. Su padre era pañero del rey.

En 1660 ocupó la cátedra de Regius Professorship of Greek (cátedra Real de Griego) en la Universidad de Cambridge. En 1663 fue elegido como primer profesor Lucasiano[1] de Cambridge, uno de los títulos académicos más importantes del mundo. En 1669 dejó la cátedra en favor de su pupilo, Isaac Newton, quien fue considerado durante mucho tiempo el único matemático inglés que le ha superado. Si bien realizó muchos trabajos matemáticos que sirvieron de base al desarrollo del cálculo infinitesimal, como el desarrollo generalizado del “teorema fundamental del cálculo”, que relaciona la derivación con la integración (como funciones inversas), es muy conocido por la famosa “regla de Barrow”, un método para calcular integrales definidas, que es consecuencia del “segundo teorema fundamental del cálculo”, desarrollado también por él.

Como escribe el historiador de la ciencia Antoni Malet[2] en “Isaac Barrow contra la metafísica: Dios y la naturaleza del espacio”[3], aunque la obra de Isaac Barrow quedó eclipsada en parte por la asombrosa obra de Newton, actualmente varios trabajos[4] le han vuelto a poner en la palestra,  reconociéndolo ya no como el mentor y mecenas de Newton, sino por sus importantes contribuciones a la óptica, a la geometría y muy especialmente a la religión. Malet especifica que las dos más conocidas contribuciones científicas son sus dos cursos de conferencias: Geometrical Lectures y Optical Lectures, preparadas como parte de sus obligaciones como profesor Lucasiano; pero un tercer trabajo no tan conocido, Mathematical Lectures (1664 a 1669, también como parte de su cargo), nos revelan a Barrow “como a un pensador profundo que en los primeros años de la Restauración británica participó con originalidad en los debates filosóficos y teológicos entonces tan abundantes entre los filósofos naturales”[5]. En dicha obra, basada en su concepción teológica, establece el concepto de “espacio inmaterial”, diferenciándose de Renato Descartes (un creyente) quien consideraba que la materia era infinita, y que no existía el espacio inmaterial (el vacío); y de Thomas Hobbes (un ateo) quien consideraba al espacio inmaterial como un accidente de la imaginación humana.

Para Barrow, el espacio inmaterial era posible debido a la naturaleza de Dios; tres conceptos subyacen en Barrow: según la Biblia el universo es finito (solo Dios es infinito), por tanto el espacio inmaterial también; segundo, que Dios siendo omnipotente puede aumentar o disminuir la materia a voluntad, y tercero, que Dios puede conservar las cosas como son, aún sin importar lo que sucede con lo que está dentro de ellas (esto tiene que ver con la idea de Descartes de que si se sacara el aire de dentro de un recipiente cerrado -supongamos de vidrio- las paredes colapsarían una sobre otra, ya que, para él, el vacío no existía).

Más adelante Malet escribe acerca de Barrow: “Pocas dudas caben de que contribuyó de forma original a construir nuevas categorías (magnitud, cantidad, número, espacio, hipótesis matemática, etc.) para la nueva filosofía experimental que estaba entonces tomando forma”.

Como dice el profesor Henry Morley (1822-1894) en la presentación de uno de los sermones de Barrow[6], éste dimitió en 1669 de su cargo de profesor Lucasiano (cargo ocupado por Newton) para poder dedicarse a sus deberes religiosos: escribió “Exposition of the Creed, Decalogue, and Sacraments” (Exposición del Credo, el Decálogo y los Sacramentos), fue capellán del rey Carlos II, quien lo nombró Doctor en Divinidades en 1670 y luego Maestro de la Trinidad en 1672; quien afirmó que le dio el puesto al mayor erudito de Inglaterra. También afirma Morley: “Él dio toda su mente y toda su alma a su trabajo para Dios”.

Escribió varias obras de teología; son famosos sus Sermones[7], en los que en base a las Sagradas Escrituras expone: a) las diferentes doctrinas cristianas, como la deidad de Cristo, la salvación por la fe, el error del paganismo y del mahometismo, etc. así como: b) las cuestiones prácticas de la vida cristiana: hacer todo en el nombre de Cristo, cuidados en la forma de hablar, del contentamiento, etc. Las obras de Isaac Barrow, con sus sermones, se han editado y publicado innumerable cantidad de veces hasta la fecha.

                En Sermons On the Apostles' Creed (Sermones sobre el credo de los Apóstoles) Barrow dice acerca de la fe[8]:

La Sagrada Escritura recomienda la fe, como una práctica preciosa y honorable; Como una virtud de la primera magnitud, encomiable en sí misma, aceptable a Dios, beneficiosa para nosotros.
The Holy Scripture recommends faith, as a most precious and honorable practice ; as a virtue of the very first magnitude, commendable in itself, acceptable to God, beneficial to us.

La fe implica un buen uso de la razón… Dios no solo permite, sino que nos ordena que usemos nuestra mejor razón para juzgar su doctrina.
Isaac Barrow
Faith implies a good use of reason … God doth not only allow, but enjoin us to use our best reason in judging of his doctrine.




[1] El título de profesor Lucasiano de matemáticas se estableció en honor al fundador de la cátedra, el reverendo Henry Lucas (1610-1663), miembro del Parlamento de Inglaterra en representación de la Universidad de Cambridge. Dicho honor lo tuvieron, además de Barrow: Isaac Newton (período 1669-1702), Charles Babbage (1828-1839), George Stokes (1849-1903), Paul Dirac (1932-1969) y Stephen Hawking (1979-2009), entre otros.
[2] Antoni Malet (n. 1950), catedrático de Historia de la ciencia de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona y presidente de la Sociedad Europea de Historia de la Ciencia (2017-2018).
[3] Antoni Malet (2006), “Isaac Barrow contra la metafísica: Dios y la naturaleza del espacio”, capítulo 4 del libro: “Ciencia y religión en la edad moderna”, Montesinos, José y Toledo, Sergio (eds.); publicado por Fundación Canaria Orotava de Historia de la ciencia, Barcelona; ver: http://fundacionorotava.org/media/uploads/files/147/04_.AntoniMalet.pdf, chequeado el 03/08/2017
[4] Por ejemplo: Before Newton. The life and times of Isaac Barrow (Antes de Newton. La vida y los tiempos de Isaac Barrow), M. Feingold; editado por Cambridge University Press, 1990.
[5] Ídem nota al pie n° 251
[6] Isaac Barrow, H. Morley (ed.) (1887) Sermons on Evil-Speaking (sermones sobre el mal hablar), Casell&Co Ltd., Londres; disponible en linea en “Project Gutenberg”: http://www.gutenberg.org/files/10274/10274-h/10274-h.htm
[7] En inglés: a) Rev. T. S. Hughes, The Works of Dr. Isaac Barrow, editado por A. J. Valpy, Londres, 1830 en adelante, varios volúmenes;  b) Wesley Center Online, Sermons Extracted From Dr. Isaac Barrow,  http://wesley.nnu.edu/john-wesley/a-christian-library/a-christian-library-volume-21; c) Sermons selected from The works  of the Rev. Isaac Barrow, D. D. (Doctor en Divinidad) late master of Trinity College (ultimo maestro del Colegio de la Trinidad), Cambridge; Clarendom Press, Oxford, 1810, ver: https://archive.org/details/sermonsselected00barrgoog consultado el 29/07/2017
[8] Barrow, Isaac; The Works of Dr. Isaac Barrow, Sermons On the Apostles' Creed, Sermón II. Ed. A. J. Valpy; Londres, 1831, págs. 27 y 28, ver: https://archive.org/details/worksofdrisaacba05barr consultado el 04/08/2017

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