sábado, 12 de diciembre de 2020

Científico creyente nº 24 - Alessandro Volta (1745-1827)

Continúo con la publicación de los capítulos 8 a 12 de mi libro "El Señor de los dos libros" 2ª edición. Uno a uno iré publicando las biografías de cientos de científicos creyentes de todas las épocas.

Físico nº 4; creyente nº 24

 






















24. Alessandro Volta (1745-1827)


Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta fue el famoso físico y químico italiano que inventó la pila eléctrica (1800). 
También realizó otros inventos, como perfeccionar el electróforo perpetuo [desarrollado originalmente por el sueco J. C. Wilcke (1732-1796)] y que es la base de los condensadores eléctricos que aún se usan; el “cañón de Volta”, disparado mediante una chispa eléctrica, que aislaba el gas metano (sustancia descubierta por Volta); la pistola eléctrica de Volta; el pistolete de Volta, un aparato para demostrar los efectos químicos de la chispa eléctrica, etc. 

Miembro de la Royal Society de Londres y de la Academia de París, fue premiado con la Medalla Copley[1] en 1794 y nombrado por Napoleón Bonaparte Caballero de la Legión de Honor en 1805 y Caballero de la Real Orden Italiana de la Corona de Hierro en 1806. 
Es nombrado senador del Reino de Italia en 1809, conde del Reino de Italia en 1810 y director de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Padua en 1815. 

En su honor, la unidad de tensión eléctrica (o diferencia de potencial) se denomina volt (usualmente conocido como voltio).

La siguiente es una profesión de fe escrita por Volta el 6 de enero de 1815 en una carta dirigida al canónico Giacomo Ciceri, quien le había solicitado ayuda para convencer a un amigo culto, moribundo, que la religión también era para intelectuales. Como se observa, Volta practicaba la religión católica apostólica romana, y consideraba como única religión verdadera la "Santa Religión Católica"; si se refería en términos generales a la fe cristiana y lo expresaba de esa forma, ya que católico significa universal, o si desechaba las otras religiones cristianas, sea ortodoxa, sea protestante (cosa en la que estaríamos en total desacuerdo) no lo sabemos;  sin embargo en este blog podemos ver que en el fondo todos esos científicos creían en el mismo Dios Creador que se revela en las Escrituras [2]

“No sé quién puede dudar de mi sinceridad y perseverancia en esta religión que profeso, que es la Católica, Apostólica, Romana, en la que nací y crecí, y a la cual he adherido tanto interior como exteriormente. Me he extraviado demasiado de las buenas acciones de cristiano católico, y he sido culpable de muchas faltas: pero gracias a la gracia especial del Señor, nunca he fallado en la fe, como mi conciencia me lo dice. Que si esas fallas y desórdenes han, por ventura, dado lugar a una ocasión para que alguien sospeche de mí algo de incredulidad, como una reparación y para un buen fin, le declaro a esa persona y a cualquier otra persona, y estoy dispuesto a declarar en cada reunión y a toda costa, que siempre he guardado y sostengo por única verdad infalible esta Santa Religión Católica, dando las gracias sin cesar al buen Dios por haberme infundido esta fe en la que tengo la intención de vivir y morir con la firme esperanza de alcanzar la vida eterna. En esta fe reconozco un regalo puro de Dios, una gracia sobrenatural: pero yo no he descuidado los medios humanos que confirman dicha creencia, y derrocan las dudas que a veces surgen. Estudié atentamente los motivos y la base de la religión, las obras de apologistas y agresores, las razones a favor y en contra, y puedo decir que resultado de tal estudio es revestir la religión con un grado tal de credibilidad, incluso para la razón natural, que todo espíritu no pervertido por el pecado y pasión, cada espíritu naturalmente noble, debe abrazarla y amarla. Que esta confesión que me ha sido solicitada y que voluntariamente doy, escrita y suscrita por mi propia mano, con autoridad para mostrarla a quien lo quiera, porque yo no me avergüenzo del Evangelio, pueda producir un buen fruto”





[1] La Medalla Copley es el premio más antiguo (1731) y prestigioso de la Royal Society, se otorga anualmente por los logros sobresalientes en la investigación en cualquier rama de la ciencia. El premio alterna entre las ciencias físicas y biológicas (años pares e impares, respectivamente).

La han recibido entre otros: Oersted, Kelvin, Pasteur, Planck, Faraday, Rutherford, Einstein, Franklin, etc.

Ver página oficial, Copley MedalThe Royal Societyhttps://royalsociety.org/grants-schemes-awards/awards/copley-medal/

[2] Kneller, Karl Alois; Kettle, T. M. (Trad.), (1911) Christianity and the leaders of modern science; a contribution to the history of culture in the nineteenth century (El cristianismo y los líderes de la ciencia moderna; una contribución a la historia de la cultura en el siglo XIX). Editado por B. Herder. Londres. Págs. 116-117: «Non so chi mai possa dubitare della mia sincerità e costanza in questa religione che professo, che è la Cattolica, Apostolica, Romana, nella quale sono nato e allevato, ed a cui mi sono attenuto sempre sí interiormente, che esteriormente. Ho ben mancato, pur troppo, riguardo alle buone opere de Cristiano Cattolico, e mi sono fatto reo di molte colpe: ma per grazia speziale del Signore, non ho mancato mai, per quanto mi dice la coscienza, di fede. Che se quelle colpe e disordini miei hanno per avventura dato luogo ed occasione a taluno di sospettare in me qualche incredulità, a titolo di riparazione e ad ogni buon fine dichiaro a quel tale ed a ogni altra persona, e sono pronto a dichiarare in ogni incontro ed a qualunque costo, che ho sempre tenuta e tengo per unica vera ed infallibile questa Santa Religione Cattolica, ringraziando senza fine il buon Dio d'avermi infusa tal fede in cui mi propongo di vivere e morire con ferma speranza di conseguire la vita eterna.  La riconosco sì per un dono di Dio, per una fede soprannaturale: non ho però tralasciato i mezzi anchi  umani di vieppiù confermarmi in essa, sgombrare qualunque dubbio potesse sorgere a tentarmi, studiandol attentamente nei suoi fondamenti,  rintracciando colla lettura di libri si apologetici che contrari le ragioni pro e contra, onde emergono gli argomenti piu validi, che la rendono anche alia ragione naturale credibilissima, e tale che ogni animo non perveriito da vizi, e da passioni, ogni animo ben fatto non puo non abbracciarla ed amarla. —Possa questa protesta, che mi viene ricercata, e che io di buon grado rilascio scritta e sottoscritta di mio mano, ostensibile come si vuole ed a chiunque, giacche non erubesco Evangelium, possa produrre qualche buon frutto»

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