martes, 23 de agosto de 2022

Científico creyente nº 32 – George Gabriel Stokes (1819 – 1903)

Continúo con la publicación de los capítulos 8 a 12 de mi libro "El Señor de los dos libros" 2ª edición. Uno a uno iré publicando las biografías de cientos de científicos creyentes de todas las épocas.

Físico nº 12; creyente nº 32

Retrato de Stokes: Archivo Visual AIP Emilio Segrè, Colección E. Scott Barr

32.                           George Gabriel Stokes (1819 – 1903)

Matemático y Físico irlandés, hijo del Reverendo Gabriel Stokes. Ocupó el importante puesto de Profesor Lucasiano[1] de Matemáticas en la Universidad de Cambridge, entre 1849 y 1903. Fue secretario de la Royal Society de Londres durante treinta años y luego presidente por cinco años y presidente del Instituto Victoria (creado en 1865 para explorar la relación entre la religión y la ciencia) entre 1886 y 1903[2]. Recibió la medalla Rumford[3] en 1852 por su descubrimiento del cambio en la refrangibilidad de la luz y la medalla Copley[4] en 1893 por sus investigaciones y descubrimientos en ciencias físicas.

Investigó experimentalmente sobre casi todos los temas de física; se destacó en óptica, muy especialmente en el funcionamiento del ojo; también en la fricción en los fluidos, en la fluorescencia, en las órbitas planetarias, en la gravitación, en los rayos x, etc.  Hay una ley que lleva su nombre (sobre la fricción de un objeto que se mueve en un fluido viscoso). Se sabe claramente que toda su investigación la hizo con la certeza de que la naturaleza es obra de Dios, y que sus leyes funcionan  según Su voluntad y que si Él lo quería podía cancelarlas[5].

Publicó Natural Theology[6] (Teología Natural), un volumen basado en las Conferencias Gifford (establecidas por Lord Adam Gifford “para promover y difundir el estudio de la Teología Natural en el sentido amplio del término, en otras palabras, el conocimiento de Dios”[7]) que el dictó en 1891. En la página oficial de las conferencias[8] se encuentra el texto completo; allí Josipa Petrunic, de la Universidad de Edimburgo, realiza un resumen en el que afirma que Stokes “se centró en la cuestión del diseño divino, al que definió como voluntad y creación de Dios. Para Stokes el Diseño contrasta con el materialismo, que postula que toda la vida y todos los fenómenos inorgánicos son causadas por las leyes naturales, y nada más. Stokes refuta esa opinión con el argumento de que una concepción materialista del universo no puede explicar por qué existen ciertas leyes naturales, tales como la ley de la gravitación… Stokes argumenta… (a favor de) un Dios que creó las cosas funcionales y bellas para el bienestar físico y psicológico de sus criaturas… Stokes se interesa especialmente en la crítica de la visión materialista de la vida que él piensa que se engendra en la selección natural darwiniana. Él también tiene un especial interés en destacar el papel que la Revelación cristiana desempeña al afirmar la limitación de los tipos de conocimiento que los científicos creen que pueden hacer. Un hombre profundamente religioso y un renombrado físico y matemático”.

Al leer su Teología Natural se hace evidente que Stokes era un cristiano practicante y muy conocedor de la Biblia.

Un párrafo de dicho libro dice[9]: “Aquí la enseñanza cristiana viene en nuestra ayuda. De hecho, representa a Dios como Aquel a quien ningún hombre ha visto ni puede ver, como morando en la luz a la cual ningún hombre puede acercarse. Pero también nos habla de Aquel [Jesucristo] en quien se unieron las naturalezas divina y humana, quien, siendo hombre, puede compadecerse de nosotros, y sernos inteligible, y quien, siendo también Dios, puede exhibirnos el carácter del Dios invisible, en la medida en que la finitud de nuestra naturaleza humana puede aceptarlo”

Here the Christian teaching comes to our aid. It does, indeed, represent God as One whom no man hath seen nor can see, as dwelling in the light which no man can approach unto. But it also tells us of One in whom the Divine and human natures were united, who, being man, can sympathise with us, and be intelligible to us, and who, being also God, can exhibit to us the character of the invisible God, in so far as the finiteness of our human nature can take it in.



[1] Ver nota en biografía de Isaac Barrow

[2] Biografía de George Gabriel Stokes, en Gifford Lectures, por Josifa Petrunic, http://www.giffordlectures.org/Author.asp?AuthorID=160

[3] Rumford Medal: ver cuadro de texto en página 179.

[4] Copley Medal: Ver cuadro de texto en la página 25.

[5] Stokes, citado por John Polkinghorne en “Science and Providence” (Ciencia y Providencia), pág. 54, Templeton Foundation Press, 2005.

[6] G. G. Stokes, Natural Theology, ediciones Adam and Charles Black, 1891.

[7] Conferencias Gifford, Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Conferencias_Gifford

[9] Stokes, Natural theology, pp. 227-228.

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