martes, 11 de mayo de 2010

¿por qué NO al matrimonio homosexual?

En estos días Argentina está siendo confrontada con este dilema: matrimonio gay ¿por qué no?. Los Diputados decidieron por mayoría (125 a 109) dar la media sanción a esta ley que habilitaría el "matrimonio entre personas del mismo sexo". Próximamente se debatirá en la Cámara de Senadores, donde se espera una pelea más reñida. Algunos de los argumentos de más peso de la comunidad homosexual son que el matrimonio no es propiedad de la religión, que es injusto que ellos no tengan los mismos derechos que los heterosexuales, que hay discriminación, que en el ámbito religioso seguirá siendo un "sacramento" entre hombre y mujer, pero no así en el ámbito civil y que esto no perjudica a nadie. Cada uno de estos y otros argumentos pueden ser rebatidos desde diferentes ángulos. Sin embargo, solo encararé uno, el moral.
Lo primero que quiero dejar en claro desde la perspectiva cristiana es que la homosexualidad, así como la fornicación y el adulterio, son prácticas que desagradan a Dios. Porque Dios nos creó hombre y mujer, con el fin de procrear y complementarnos. La misma naturaleza del cuerpo y de la psiquis humana lo confirman. Pero también que la voluntad de Dios no es castigar, menospreciar o eliminar al homosexual (ni al adúltero ni al fornicario), ni que lo hagamos nosotros, sino que cambie su actitud, pues Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador. Jesucristo, ante los fariseos que le trajeron a la mujer adúltera, dijo: quien esté libre de pecado, arroje la primera piedra (es decir, todos somos pecadores por naturaleza) pero luego, ante la mujer, humillada a sus pies, Jesús le dijo: ni yo te condeno, vete y no peques más. Es decir, los cristianos creemos que quien tiene un encuentro personal con Jesús, su vida es transformada. Y que no somos mejores que ellos, sino que sólo la gracia de Dios nos ayuda a vivir una vida agradable a Él. Estamos seguros que aunque en algunas personas existan tendencias a la homosexualidad, ellas no determinan la sexualidad, así como otros tienen tendencia a otro tipo de desviaciones y deben luchar con ellas. Algunos tienen tendencia a enojarse fácilmente y eso no los convierte en asesinos, salvo que no sepan manejar la tendencia y se dejen atrapar por ella.
Ahora bien, muchos dicen que esto es algo que creen los religiosos, pero ¿por qué imponerles dicha creencia a los que no lo son?, o que esta es una posición anacrónica, digna de la Edad Media.
Y aquí es donde tenemos que pararnos y plantearnos lo siguiente: toda sociedad humana: ¿no tiene unos valores comunes sobre los que sustenta su convivencia?¿es posible una sociedad que no tenga ninguna base moral sobre la que sustente sus leyes? Todas las tienen. ¿en base a qué criterio consideramos que una violación es inmoral? Pues, justamente a un conjunto de valores que la sociedad en su conjunto acepta como fundamentales para la convivencia y subsistencia de dicha sociedad. Los derechos humanos y la justicia se basan en principios morales. Argentina, históricamente basó sus valores en la moral judeo-cristiana. No robar, no mentir, no codiciar, honrar a los padres, etc, etc, aunque muchos ni lo sepan, están basados en los principios bíblicos.
Judíos, cristianos y musulmanes, más allá de sus diferencias doctrinales, tienen su base moral en los Mandamientos de Dios, (que Jesús resumió en dos: amar a Dios y al prójimo como a uno mismo). Por eso, más allá de que existen distintas respuestas a los planteos de la comunidad homosexual: desde el orden natural, desde la medicina física a la psíquica, desde el derecho de los niños a tener un padre y una madre, etc, creo que la clave del debate es: Como sociedad ¿sobre qué valores morales queremos seguir edificando nuestra Nación?. ¿Es una decisión que unos cuantos diputados pueden tomar atribuyéndose la representación en un tema tan delicado, que atañe al concepto de familia sobre la que queremos edificar nuestro país, siendo que ninguno de ellos en sus plataformas políticas lo habían planteado?. En todo caso ¿no debería ser plebiscitado para que la sociedad en su conjunto decida?. Varias encuestas muestran que la sociedad NO está de acuerdo con la ley (1) . ¿Discriminamos a los homosexuales? NO. Desde la moral cristiana tenemos la obligación de decirles, como a todos los hombres, que están en pecado, que se arrepientan y se vuelvan a Dios, quien es amplio en misericordia, pronto para perdonar y tiene los recursos para corregir y acomodar lo que debe ser corregido. Lo mismo al que engaña a su esposa, al que fornica, como al que miente, roba, mata, etc. Desde lo civil, ellos pueden pretender tener todos los derechos que crean convenientes, pero aun el Código Civil se basa en una moral que considera todavía al matrimonio como el enlace entre un hombre y una mujer. Si la Sociedad decidiera lo contrario, lo lamentaremos, pero por supuesto, los cristianos estamos llamados a seguir diciendo la verdad y a seguir amando aun al que proclama valores contrarios a los nuestros. Hay cuestiones culturales, que cambian con el tiempo. Pero hay valores trascendentales, como la verdad, el amor, el respeto, la libertad de conciencia, etc, que no podemos permitir cambiarlos, sin caer en una sociedad aún más autodestructiva de la que tenemos a pesar de los valores que profesamos. El matrimonio entre un hombre y una mujer es una institución social que desde mi perspectiva no puede jamás ser igualada a la relación homosexual. Si le damos el "status" de matrimonio, ¿por qué no se lo daremos en unos años a la relación entre un hombre y un niño, o un animal, o entre dos hermanos o entre un padre y su hija? ¿cuál es el límite?. Que existan ciertas realidades no significa que sean buenas, ni que deban legalizarse. Que cientos de jóvenes se droguen no implica que debamos legalizar el consumo. Que muchas mujeres aborten no implica que debemos legalizar el aborto. Más bien, son un desafío para una sociedad que parece haberse olvidado de cuales son los valores sobre los que nuestros padres quisieron edificar el País. Debería ser más bien una exhortación para aquellos que han venido luchando para que los valores cristianos sean eliminados de las escuelas bajo pretexto de la laicidad de la educación, queriendo despojarse de las responsabilidades que Dios nos ha dado y tras la bandera del humanismo (que pone los placeres como fin último de la vida, confundiendo la libertad con libertinaje, que menosprecia la sabiduría de los ancianos, que incita a los jóvenes a "vivir la vida" desde los medios de comunicación,etc) arrastrar a la sociedad hacia el modelo que desde Europa nos quieren vender y como los antiguos aborígenes, recibimos encandilados como espejitos de colores. En España se acaba de legalizar el aborto. Aun las menores pueden abortar sin siquiera comunicarles a sus padres si esgrimen algún motivo de supuesto peligro de que los padres la maltraten física o psicológicamente, es decir, el estado se cree con más derechos que Dios (que da la vida) y que los propios padres de educar a sus hijos bajo una moral determinada. ¿acaso creemos que los países por ser más desarrollados económicamente, lo son social y moralmente? y ¿ por qué entonces no imitamos a la primer potencia del mundo, EEUU, que plebiscitaron el matrimonio homosexual en 2004 y la sociedad dijo no?. Entonces, no se mira solo lo que hacen los países más desarrollados, sino especialmente aquellos que están dejando la moral de lado en aras de un supuesto avance en las libertades individuales, como España, Holanda, Suecia, etc. Pero aun en esos países se están dando cuenta cuáles son las consecuencias de su proceder. No va a pasar mucho tiempo para que nos demos cuenta cómo esas sociedades modifican sus leyes nuevamente porque la realidad les ha degradado la forma de vida (por ej, legalizando drogas no han conseguido más que multiplicar los gastos sociales y no disminuye el consumo). Espero que seamos sabios como Nación, para aprender de las malas decisiones (y de las buenas) que toman otros países para no cometer los mismos errores. Nuestros hijos y nietos son los que vivirán en el mundo que se viene.

(1) http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1254725&origen=NLInfoGral

1 comentario:

  1. Mi querido amigo:
    Ya sabes de sobra mi opinión. Todo depende de los votos. Los políticos hacen cálculos electorales y en función de si pierden o no votos toman decisiones. Si los políticos argentinos (o españoles, o de dónde sea) deciden legalizar el gaymonio es por la sencilla razón de que saben que no van a perder votos. Y eso significa que los cristianos van a seguir votando por partidos progaymonio. Y eso es realmente grave.

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