domingo, 23 de septiembre de 2018

Científico Creyente nº 22 – Robert Boyle




Continúo con la publicación de los capítulos 8 a 12 de mi libro "El Señor de los dos libros" 2ª edición. Uno a uno iré publicando las biografías de cientos de científicos creyentes de todas las épocas.

Físico nº 2 (científico nº 22)


2.  Robert Boyle (1627-1691).
Físico y químico irlandés, famoso por la ley que lleva su nombre, la "Ley de Boyle" (acerca de la relación de proporcionalidad inversa entre la presión y el volumen de los gases ideales cuando se los mantiene a temperatura constante) ha recibido también el nombre de "el padre de la química."
Boyle escribió muchísimas y reconocidas obras de ciencia, pero también varios libros cristianos: El Virtuoso cristiano, Ensayo sobre la santa Escritura, Disertación sobre los milagros, Discurso contra la costumbre de las blasfemias, Ensayo sobre la falsa modestia, El cristiano naturalista, Consideraciones para conciliar la razón y la religión, etc. En una interesante biografía[1] se dice de él: Los sabios más famosos de su tiempo le dedicaban sus obras y tenían a sumo honor el ayudarle en sus tareas.
Según manifiesta Boyle, en su libro The Christian Virtuoso (El virtuoso cristiano):La razón abstracta es reducida y decepcionante, y no alcanza sino una pequeña porción de las cosas conocibles, tanto humanas como divinas, que pueden obtenerse con la ayuda de ulterior experiencia y de la Revelación sobrenatural. No hay conflicto entre la recta razón y la revelación, ya que las verdades filosóficas tienen el mismo origen que las verdades reveladas…Ambas, las verdades filosóficas y reveladas proceden igualmente (aunque no tan directamente) del mismo Padre de la Luz: así como recibimos del Sol no sólo aquellos Rayos Inmediatos que llegan en línea recta hasta nosotros en un día claro, sino también aquella que en una noche de luna llena se refleja hacia la  Tierra[2].
Boyle leía la Biblia cada día a través de su vida y como narra el Dr. Woodall[3]: “su tesis era que el estudio de la ciencia haría que los cristianos glorificaran más a Dios, ayudaría en la comprensión de la Escritura, y produjera una apología del cristianismo” y que “Aunque la Biblia no es un libro de texto científico, de vez en cuando se dirige a temas científicos. Como un telescopio, esta información extiende el conocimiento del hombre acerca del mundo que le rodea y no contradice los conocimientos adquiridos en el laboratorio.  Cuando se desata un conflicto entre la ciencia y la Biblia, Boyle explicó ello ya sea como un error en la ciencia o una interpretación incorrecta de las Sagradas Escrituras”. Dio grandes sumas de dinero a las empresas misioneras, y financió una nueva traducción irlandesa de la Biblia. Miles de copias fueron distribuidas a cargo de su bolsillo.
En su libro “The Christian Virtuoso”, Boyle afirmaba: “Que la consideración de la vastedad, la belleza y los movimientos regulares de los cuerpos celestes, la excelente estructura de los animales y las plantas, además de una multitud de otros fenómenos de la naturaleza, y la subordinación de la mayoría de estos al hombre, pueden justamente inducirlo, como una criatura racional, a concluir que este vasto, hermoso, ordenado y admirable sistema de cosas, que llamamos el mundo, fue enmarcado por un autor supremamente poderoso, sabio y bueno, no puede ser negado por una persona inteligente y sin prejuicios”[4]
También escribió[5]: «... la misma existencia de Cristo en el mundo, su pasión, su muerte, su resurrección y ascensión, y todas esas maravillosas obras que él hizo durante su estancia en la tierra, son a fin de confirmar a la humanidad la creencia de que Él es Dios y hombre»
Otra vez escribió[6]: Y recurro a la Escritura, no como a un arsenal de armas para defender a un partido o derrotar a sus enemigos, sino a un hermoso templo, donde me deleito en recorrer y contemplar la elegancia, la simetría y la magnificencia de la estructura; Para cultivar una reverencia terrible, y para entregar mi devoción a ese Ser, que se anuncia allí, y cuyos adorables atributos allí se muestran”



[1] Biografía de Robert Boyle en: El museo de familias, ó  Revista Universal, Tomo IV, impreso por Antonio Bergnes de las Casas, Barcelona, 1840,  págs. 162-164, , disponible en: http://books.google.com.ar/books?id=jTIeAQAAIAAJ&pg=PA164&dq#v=onepage&q&f=false
[2] Extraido del artículo El relojero ajetreado: Dios y el mundo natural en el pensamiento de Boyle, Antonio Clericuzio, Universidad de Cassino, Italia, disponible en Internet en: http://www.gobcan.es/educacion/3/usrn/fundoro/archivos%20adjuntos/publicaciones/Libro%20Ciencia%20y%20Religion/03_AntonioClericuzio.pdf
[3] Woodall, David, The Relationship between Science and Scripturein the Thought of Robert Boyle (La relación entre la Ciencia y la Escritura en el pensamiento de Robert Boyle), revista American Scientific Affiliation, vol. 49, n° 1, pág. 32, año 1997.
[4] Boyle, Robert (1690) “The Christian virtuoso” (El cristiano virtuoso); ver, por ejemplo: The Philosophical Works of the Honourable Robert Boyle. (1738). Editores: W. Innys y R. Manby, West-End of St. Paul's; y T. Longman, in Pater-Noster-Row. Cita en pág. 239: «That the consideration vastness, beauty, and regular motions of the heavenly bodies, the excellent structure of animals and plants, besides a multitude of other phenomena of nature, and the subserviency of most of these to man, may justly induce him, as a rational creature, to conclude, this vast, beautiful, orderly, and admirable system of things, which we call the world, was framed by an author supremely powerful, wise, and good, can scarce be deny'd by an intelligent and unprejudiced person». Disponible en: https://archive.org/details/philosophicalwo01boylgoog.
[5] More, Louis Trenchard (1944). The life and works of the Honourable Robert Boyle (Vida y obras del honorable Robert Boyle). Oxford University Press. Pág. 171: «... the very existency of Christ in the world, his passion, his death, his resurrection and ascension, and all those wonderful works he did during his stay upon earth, in order to confirm mankind in the belief of his being God as well as man»
[6] Boyle, Robert (1664) “Some considerations on the style of the Holy Scriptures”, Londres. Versión del texto: Págs. 87-88 de la edición de 1825 impresa por Edwards y Savage, Cork, Irlanda: «And I resort to Scripture, not as to an arsenal for arms to defend a party or to defeat its enemies, but as to a beautiful temple, where I delight to range, and contemplate the elegance, the symmetry, and the magnificence of the structure; to cultivate an awful reverence, and to indulge my devotion to that Being, who is there announced, and whose adorable attributes are there displayed».


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